domingo, 28 de agosto de 2011

CLASES DE DINERO

El dinero constituye una parte muy fundamental en nuestra vida diaria. Casi nunca nos detenemos a pensar cuál fue su origen, como y porque lo utilizamos y como se ha desarrollado y evolucionado.
Su definición según el libro de Economía de Samuelson pág. 601, “El dinero es todo aquello que constituye un medio de cambio o de pago comúnmente aceptado para la compra de bienes y servicios.”
La historia del dinero adopto diversas formas; una de ellas, las clases de dinero:

Dinero mercancía: como medio de cambio y como mercancía que se consume y comúnmente se comercia; el dinero mercancía se limitaba casi exclusivamente a los metales como la plata y el oro. Estos tenían un valor intrínseco.

Dinero signo: esta representado en monedas, billetes: su valor como dinero es superior al material del cual se encuentra hecho o sea, estos tienen un valor mas elevado que del material del cual esta hecho, además son fáciles de transportar. Ahora, en la medida que sean aceptados como medio de pago cumplen con la función del dinero.

Dinero Bancario: fondos depositados en bancos y en otras instituciones financieras, son conocidos como depósitos a la vista y otras cuentas corrientes. También existen los pagares, que es el medio de cambio basado en la deuda de un crédito, los cheques depósitos bancarios a la vista son pagares. Vale la pena también mencionar los títulos, CDTS, acciones, letras de cambios, bonos.
El dinero (sentido amplio), comprende las cuentas de ahorros del banco y otros activos.

Dinero electrónico: ahora el sistema financiero y bancario han ido invirtiendo en tecnología, donde llega la era de la tarjeta de plástico donde se pueden hacer transferencias directas y por internet, cheques electrónicos y más servicios gracias a la tecnología cibernética.

Dinero fiduciario: son las monedas y billetes que no basan su valor en la existencia de una contrapartida en oro, plata o cualquier otro metal noble o valores, ni en su valor intrínseco, sino simplemente en su declaración como dinero por el Estado y también en el crédito y la confianza (la fe en su futura aceptación) que inspira.
Sin esta declaración, la moneda no tendría ningún valor: el dinero fiduciario sería entonces tan poco valioso como los pedazos de papel en los que está impreso.
Un billete actual es una clara representación de dinero fiduciario, por cuanto objetivamente considerado carece de valor. Su valoración viene dada por la autoridad monetaria que lo emitió, que goza de confianza entre los sujetos que la aceptan.
Actualmente, todas las monedas nacionales son monedas fiduciarias, incluyendo al dólar norteamericano, el euro y todas las otras monedas de reserva. Esta tendencia comenzó con el Nixon Shock de 1971, que terminó con el respaldo en metales preciosos del dólar norteamericano